
Voy a separar mi opinión de este libro en dos: ilustraciones y texto.
Las ilustraciones me parecen al mismo nivel que Estaba oscuro y sospechosamente tranquilo, es decir, a un nivel altísimo. De nuevo prescinde del color para crear paisajes surrealistas y llenos de detalles, tras los que se adivina la noche. De nuevo incluye una especie de lista ilustrada, en este caso de los "animales" que solían visitar a la planta. En el dibujo, algunos de ellos: los zanquidermos, el nimemires, el pierniguja y los caracoles de carreras.

Y por otro lado está el texto, que me parece bastante peor que el de Estaba oscuro... Hay un cambio evidente del primero al segundo. Si el texto del primero maravillaba por su sencillez y originalidad, el texto de Una luz diminuta... se vuelve más enrevesado, más artificioso, con unas pretensiones fallidas, sobrecargado de frases subordinadas y adjetivos. Creo que buscando la poesía se ha alejado de ella.
Pese a lo dicho, por las ilustraciones (mucho) y por el texto (menos), merece la pena.
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